Antes de Oppenheimer | Aspectos pasados por alto del debut de Nolan en la película El seguidor

Antes de ver "Oppenheimer", recomiendo el primer trabajo de Nolan, "Following".

6000 dólares

Nacido el 30 de julio de 1970 en la ciudad de Londres, Christopher Nolan comenzó a filmar a los 7 años con la cámara de su padre. Mientras estudiaba literatura en una universidad de Londres, cofundó el club "16mm" junto con amigos que compartían sus intereses.

En 1997, a los 27 años, Nolan y sus amigos hicieron su primera película real, El seguidor, con un presupuesto increíblemente bajo de tan solo 6000 dólares.

Los participantes eran empleados a tiempo completo y solo podían reunirse los sábados para filmar durante 15 minutos. Como resultado, les llevó un año completo terminar la película.

El seguidor, la primera película de Nolan, que él supervisó personalmente en todos sus aspectos, desde la iluminación hasta la edición, ganó notoriedad en el Festival Internacional de Cine de Toronto. La narrativa fresca y los enfoques fílmicos lo ayudaron a destacarse y dejar atrás su estatus de recién llegado.

Soledad misteriosa

"Es más un relato de lo que sucedió. Estuve solo por un tiempo y me sentía un poco solitario y aburrido. No tenía nada que hacer durante todo el día, y ahí fue cuando comencé a seguir a la gente".

Al comienzo de El seguidor, el protagonista Bill, que parece ser un artista en apuros, le confiesa su soledad a un oficial de policía. La mayoría de la narrativa de la película se presenta de esta manera, excepto en los momentos finales. Los espectadores obtienen placer al escuchar a las personas relatar sus vidas personales.

Bill vive solo en un apartamento sucio, sin trabajo y pasa su tiempo leyendo a Platón. A pesar de sus sueños de convertirse en escritor, Bill carece del coraje para perseguirlo y en cambio fantasea con mujeres hermosas como Marilyn Monroe, cuyo póster cuelga sobre su cama. A medida que su soledad se vuelve agobiante, Bill comienza a seguir a desconocidos y a observar su trabajo y sus vidas, encontrando placer en descubrimientos inesperados. Este comportamiento roza lo psicológicamente anormal.

Incluso antes de que la trama comience a desarrollarse, vi al joven como un personaje sacado directamente de uno de los escritos de Dostoyevski. Cuando aparece su amigo ladrón, me resultó fácil relacionarlo con el protagonista de El carterista, ya que ambas películas comparten la temática de un joven solitario que comete crímenes por razones emocionales, guiado por otra persona. Aunque no tan profundamente filosófico como los protagonistas de Crimen y castigo y El carterista, el joven de El seguidor, comparte similitudes con Taxi Driver de Martin Scorsese, que se sumerge en una angustia psicológica debido a la soledad extrema.

La profundidad de la naturaleza humana en una historia compleja

Los críticos a menudo ignoran los temas de El seguidor, debido a su estilo narrativo único y propio de Nolan. Sin embargo, Nolan incorpora de manera consistente su visión del mundo y su perspectiva sobre la humanidad en toda la película, elevando su exploración de la naturaleza humana más allá de las obras mediocres.

Bill le dice a la policía que sigue a las personas en busca de inspiración como escritor, pero el director ofrece otra respuesta con imágenes duras: Bill es un joven solitario que ha sido rechazado en la vida y se ha aislado. Seguir a la personas se volvió en su forma de participar en la vida.

Bill reconoció estar cerca de enloquecer e intentó mantenerse bajo control al establecer pautas lógicas, como no seguir objetivos específicos, restringir la duración y evitar seguir a mujeres al anochecer. Aunque estas medidas resultaron efectivas en un principio, la situación empeoró con el tiempo, posiblemente por falta de imprevisibilidad.

La aparición de Cobb interrumpió el azar. Bill había estado siguiendo a Cobb, pero Cobb lo sabía desde el principio y resultó ser parte de su plan. Al encontrarse, descubrieron que ambos compartían un interés por las personas a pesar de sus métodos diferentes.

Cobb y Bill compartían la pasión por entrar a las casas y robar pertenencias personales como CDs, diarios y ropa interior. Su objetivo principal no era el dinero, sino la emoción de perturbar la vida normal de las personas.

Una de las tácticas de Cobb era encontrar la caja de cada persona, donde guardaban sus objetos más queridos y valiosos. Para Cobb, cada elemento en la caja tenía una historia oculta sobre su propietario, convirtiéndolo en un tesoro codiciado para tomar.

Una vez, Bill llevó intencionalmente a Cobb a su casa para robar algo. Sin embargo, Cobb se dio cuenta rápidamente que el dueño de la casa era un joven desempleado de veinte años que creía ser escritor y se fue del lugar furiosamente sin llevarse nada. Más tarde, se descubrió que Cobb había seguido a Bill en secreto como parte de su plan y debió saber que la casa pertenecía a Bill.

Bajo el plan de Cobb, Bill sigue a una encantadora mujer rubia y roba objetos personales de su casa. A medida que Bill la conoce, se enamora y le confiesa su robo. Ella le cuenta a Bill que la están chantajeando con fotos privadas que guarda en una caja fuerte de un bar subterráneo. Bill se ofrece para recuperarlas, pero es atrapado y hiere a un guardia. Finalmente, se convierte en el chivo expiatorio de Cobb y la mujer, y asume la culpa de su crimen.

Este es un plan complejo que involucra bares ilegales, robos, brutalidad y enfermedad mental. Nolan incorpora elementos oscuros suficientes para crear un estilo que se encuentra entre Tarantino y los hermanos Coen. Los personajes de Nolan poseen una mayor complejidad literaria, quizás debido a que se especializa en literatura inglesa, por lo que su enfoque narrativo es más estilizado.

Incorporación de técnicas literarias en la narración cinematográfica

Los fragmentos de tiempo en El seguidor fluctúan como recuerdos, aparecen y desaparecen sin un patrón discernible y a veces generan dudas sobre su autenticidad. Esto proviene de la "desfamiliarización" en la teoría literaria.

El concepto de desfamiliarización de los formalistas rusos, propuesto por Viktor Shklovsky en su obra El arte como artificio, se refiere al recurso literario mediante el cual el lenguaje se utiliza de tal manera que los objetos ordinarios y familiares se ven diferentes. Es un proceso de transformación en el que el lenguaje afirma su poder para afectar nuestra percepción.

La desfamiliarización enfatiza la importancia de ver y representar las cosas como si se presenciaran por primera vez. Nolan tiene ese objetivo en sus películas. Antes de las películas de Nolan, la narración se veía estancada desde Rashomon de Akira Kurosawa.

En El seguidor, Bill cuenta la historia de sus experiencias cuando se entrega a la policía. Nolan ve la memoria como fragmentada e impredecible, con veracidad cuestionable. En el último plano, grabado de forma objetiva, se ve a Cobb, el cerebro detrás del plan, parado entre la multitud que pasa, pero desaparece cuando un transeúnte bloquea la cámara.

Nolan considera que esto representa cómo los eventos se capturan en el cine y revela la esencia de las cosas a medida que aparecen y desaparecen sin motivo.

La originalidad de Nolan lo define y lo limita. El arte busca la unidad de forma y contenido, sin embargo, la forma en la que Nolan cuenta historias a menudo oscurece la sustancia. De hecho, cuando los críticos mencionan a Nolan, suelen centrarse en su estilo único en lugar de sus historias.

En la segunda película de Nolan, Memento, este problema se expone aún más. Lleva su estilo narrativo único al extremo, mientras que la historia en sí misma también es muy profunda. Sin embargo, cuando la gente habla de esta película, siempre ignoran la historia. Estén atentos a mi próximo artículo donde debatiré esto en detalle.