El caso de 'Eyes Wide Shut': ¿Que significado tiene la última película que hizo Stanley Kubrick?

POR JERÓNIMO CASCO

26 DE JULIO, 16.49 PM | UTC-GMT -3

EL CASO DE ‘EYES WIDE SHUT': ¿QUE SIGNIFICADO TIENE LA ÚLTIMA PELÍCULA QUE HIZO STANLEY KUBRICK?

Tal vez no sea de público conocimiento, pero es sabido por algunos pocos que el legendario director norteamericano Stanley Kubrick dejó su tierra natal cuando tenía 33 años, en el año 1961. Con una corta carrera en el sistema Hollywoodense (tenía 5 largometrajes en su haber hasta ese momento), decidió crear su propia productora y mudarse al Reino Unido.

Desde ese entonces, Kubrick comenzó a gestionar las cosas a su manera. Lolita, Dr. Strangelove, 2001… y el resto, bueno, el resto es historia.

Pero si hay algo que llama poderosamente la atención de su filmografía, son esos mensajes encriptados y los símbolos que fueron producto de múltiples teorías (como el sweater del pequeño Danny en El Resplandor que dice APOLLO 11, dando pie a versiones que decían que el alunizaje fue un montaje hecho por el director) que, si bien no se pudieron comprobar al cien por ciento, nos hacen preguntar: ¿Que es lo que nos quiso -y quiere- decir Kubrick por medio de su filmografía?

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Bueno, primero para tratar de desenredar el misterio y entender qué nos quería decir este meticuloso realizador con sus películas, hay que recapitular un poco su vida.

Nacido el 26 de julio de 1928 (si, hoy habría cumplido 95 años) en Nueva York, Stanley Kubrick pasó los primeros de su adolescencia dedicándose plenamente a la fotografía, el ajedrez y a tocar la batería. Su poca presencia en la escuela era debido a que iba a los cines para ver dos películas por día, una tras otra.

A principios de los años 50s, Kubrick dejó la fotografía para meterse de lleno en su nueva y definitiva pasión: el cine. Sus primeras películas (Fear and Desire, Killer's Kiss) mostraban la capacidad del director por mostrar a personajes quebrados y desesperanzados en un ambiente donde probablemente nada saldría bien.

Siempre con un libro en la mano, en su bolsillo o en su equipaje, se le conocía por ser una persona muy culta, pero con poca capacidad de aprendizaje en la escuela, algo que tiene sentido ya que su rebeldía se vio reflejada en su actitud muchos años después en los sets de rodaje, llevando la obsesión por el detalle y el perfeccionismo a otro nivel.

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Como los mejores directores lo hicieron y suelen hacer (guiño para David Lynch), Stanley nunca se puso a dar explicaciones sobre qué significan sus películas ni a la prensa ni en las pocas entrevistas que tuvo. ¿Donde está el misterio, el remate? ¿A que jugó Kubrick?

Su última película (y según él mismo la mejor de su filmografía), Eyes Wide Shut ('Ojos Bien Cerrados', 1999) quizá tenga alguna que otra respuesta al respecto.

Este thriller erótico de suspenso está basado en la novela Traumnovelle de 1925 escrita por el médico y escritor austríaco Arthur Schnitzler. Esta narra la historia del Dr. Fridolin, un joven felizmente casado y padre de una niña que comienza a tener algunos encuentros bastante perturbadores tras una revelación de su esposa.

En Eyes Wide Shut, todo esto está ambientado en la víspera de Navidad, con un elenco conformado principalmente por Tom Cruise como el Dr. William Harford, y Nicole Kidman como Alice Harford. Una época de fervor e intensidad en la sociedad norteamericana que le impregnan esa creciente locura característica del lugar que no solo rodea a William, sino que también le infecta oscuros y retorcidos pensamientos al protagonista.

¿Y cómo llega a ese estado? Una noche, luego de un evento al que concurren, y tras una noche repleta de discusiones (algunas muy banales y otras bastante dolorosas), Alice le revela un secreto a William: en unas vacaciones pasadas junto a su hija tuvo un cruce de miradas y un posterior sueño erótico con un oficial de la Marina que residía en el mismo hotel que ellos.

Este pequeño pero inquietante detalle comienza a generar en William la idea de que su matrimonio no parece ser tan perfecto como él cree. Y es ahí donde se crea un espiral de desconfianza que no tendrá fin hasta que le pueda encontrar alguna solución.

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Sabemos que Kubrick siempre ha sido un director sumamente pesimista, y que en cada una de sus películas buscaba explorar el lado más oscuro de la naturaleza humana. Quizás acá no solo lo busco y lo encontró, sino que también es muy probable que le haya servido como una respuesta al país y a la industria hollywoodense que no supieron (o quisieron) comprenderlo.

No por algo la película está “ambientada en Nueva York”, pero no tiene nada de Nueva York. Para el rodaje Stanley filmó en Londres y sus inmediaciones, dándole una especie de aura neoyorquina a la aburrida y gris ciudad con sus coloridas luces y detalles propios de la cultura norteamericana.

Y es en esas inmediaciones de la ciudad donde el protagonista descubre esa especie de culto secreto | erótico, dejando que la tentación fluyan por sus curiosas venas sedientas de algo nuevo. ¿Acaso son los Illuminati? La película, como todas las que dirigió Kubrick, no da respuestas, pero si nos dan una idea de que el odio y desilusión hacia su país, seguirían intactos hasta el final de sus días.

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