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'Insidious: The Red Door' Review: El quinto capítulo revive la esencia de la saga

POR JERÓNIMO CASCO

JULIO 6, 12.05 PM | UTC-GMT -3

‘INSIDIOUS: THE RED DOOR’ REVIEW: EL QUINTO CAPÍTULO REVIVE LA ESENCIA DE LA SAGA

En el año 2010 un ya experimentado James Wan hacía equipo junto al actor y escritor Leigh Whannell para el estreno de Insidious, una película de terror paranormal que tomaba lo mejor de las películas de posesiones de los 70/80s con lo mejor del cine de terror moderno. La película fue todo un éxito de taquilla y crítica, que consensuaban que estábamos ante un nuevo genio.

Trece años después, una secuela, dos precuelas y un cambio de dirección fueron suficientes para que la saga de Insidious reviva ese fuego demoníaco que caracterizaba a sus raíces. En este caso Patrick Wilson, conocido de James Wan y ávido fan del terror decidió tomar la batuta y no solo estar delante de las cámaras, sino también detras de ellas. ¿El resultado? Ya voy a llegar a eso.

Si hay algo que nos enseñaron las películas de terror es que hay tres caminos para el disfrute de una buena película del género:

  • Uno donde la audiencia sigue formando la idea de que el terror se basa en jumpscares, agarrarse lo más fuerte que pueda del apoyabrazos esperando que pase lo que seguramente va a pasar y pegar un suspiro (o un grito en el más exagerado de los casos).
  • Luego esta el camino del amante del “horror elevado”, un terror más intelectual que busca profundizar más en la psiquis humana que solo el hecho de pegar un buen susto. Aceptable, tal vez mediocre.
  • Y por último está el camino del simple espectador que no analiza tanto las cosas y se deja llevar por lo que ve sabiendo “que es lo que ve”, pero sin tanto sobre-análisis.

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Podría incluirme tranquilamente en el último grupo, ya que no se puede pretender ir a ver una película sobre posesiones y seres demoníacos de otra dimensión de otra esperando que le cambie la vida. Y es ahí donde entra mi experiencia con la última de la saga de Insidious.

En este quinto capítulo se obvian la 3era y 4ta entrega que eran precuelas de las primeras dos y se hace un obvio salto en el tiempo 9 años después de la que inició todo. Actualmente la familia Lambert está, en gran parte, disuelta: Dalton (Ty Simpkins) ya es todo un adolescente casi adulto que está iniciando su camino en la universidad, Josh (Patrick Wilson) se encuentra totalmente desarmado por los oscuros sucesos del pasado y se divorció de Renai, y ella junto a su otro hijo, Foster, parecen ser los únicos ilesos de todo el asunto.

El inicio de la película indica que estamos ante un director que entiende muy bien los códigos del terror, muy probablemente inspirado por haber tenido a Wan a cargo de dos de las sagas más icónicas de terror moderno, como lo son ésta y la de The Conjuring, una que a su vez abrió la puerta a varios spin-offs creando una especie de Conjuring-Verse (cosas de millenial).

El uso de la banda sonora compuesta nuevamente por Joseph Bishara (como también de los silencios), y la paleta de colores fría y llena de contrastes a cargo de Autumn Eakin evocan la esencia que caracterizó a las primeras dos películas. Punto para Insidious 5.

Si bien las actuaciones no suelen ser el fuerte o no se espera que lo sean en este tipo de películas, marcan un confuso camino que se desliza por momentos desde el melodrama hasta una comicidad forzada. La incorporación del personaje de Chris, una joven compañera de cuarto de Dalton en la universidad, pretende ser el alivio cómico de a ratos (y digamos que lo cumple) pero no se siente necesario ni tampoco un personaje con peso.

Uno de los aspectos más interesantes de este capítulo sin dudas es la exploración del arquetipo del artista atormentado, como Dalton canaliza a través de la pintura su tormentoso pasado y lo convierte en un arte único, lleno de un odio reflejado en la dureza de los trazos y la oscuridad de sus obras. Punto para Insidious 5.

Pero si, había algo totalmente inevitable y son los clichés. Y hay decenas. Cientos. Desde los planos desenfocados que revelan apariciones sólo a la audiencia, hasta el “aparezco, desaparezco” de los fantasmas, todo se repite varias veces. No tantas, pero si lo suficiente para quitarle algo de crédito a una cinta que proponía algo diferente al principio y termina en lugares bastante comunes en el final.

CONCLUSIÓN:

Insidious: The Red Door es un refrescante capítulo de la saga que tras dos muy olvidables precuelas vuelve a sus orígenes con unos buenos sustos, buen manejo de la tensión y algunos recursos estéticos más que interesantes, pero que en su tramo final resuelve el conflicto de manera muy predecible y con un sabor agridulce.

PUNTAJE: 6.8 de 10


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