'Are You There, God? It's Me, Margaret' Review: Un coming-of-age sencillo pero lleno de corazón

POR JERÓNIMO CASCO

JUNIO 26, 21.00 PM | UTC-GMT -3

'ARE YOU THERE GOD? IT'S ME, MARGARET' REVIEW: UN COMING-OF-AGE SENCILLO PERO EFECTIVO

¿Quiénes éramos en nuestra preadolescencia? ¿Que soñábamos? ¿Cómo imaginábamos nuestro futuro? Todas esas preguntas son plasmadas en los recuerdos y memorias que representan el segundo coming-of-age de la directora Kelly Fremon Craig, que a su vez es su segunda película de su filmografía, la alegre, optimista y nostálgica ‘Are You There God? It’s Me, Margaret.

Si en su primer largometraje, The Edge of Seventeen, la directora nos mostraba la fragilidad de la temprana transición de la adolescencia la adultez, en este liviano coming-of-age cambia el foco de manera obligada por uno más inocente, dado la edad de la protagonista de esta historia, Margaret.

La película cuenta con las participaciones de algunos experimentados como Rachel McAdams, Benny Safdie o Kathy Bates, pero los verdaderos protagonistas son los niños. Al fin y al cabo, la mayoría de la historia se encuentra contada desde sus ojos, desde sus inseguridades y miedos.

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Margaret Simon es una niña de 11 años a punto de cumplir 12 cuando su familia decide mudarse de Nueva York a Nueva Jersey, acarreando el fastidio normal de Margaret por lo que la mudanza implica: la distancia con su compinche abuela paterna Sylvia (genial Kathy Bates) con la que comparte mucho tiempo, y un estilo de vida a la que ya estaba acostumbrada.

No tardará mucho hasta acostumbrarse a las tradiciones de los suburbios, algo que se da gracias a sus amorosos y comprensivos padres, Barbara (McAdams) y Herb (Safdie). Pero es en este cambio de costumbres donde la pequeña Margaret irá descubriendo aspectos propios de su personalidad y de la lógica natural del crecimiento y la madurez.

La dirección de Fremon Craig me pareció sencillamente espectacular. Es a través de la fluidez de los diálogos y las actuaciones que pone en evidencia el sentido de tacto y humanidad que este tipo de historias necesitan. No hay mucha complejidad en la puesta en escena ni en el arco dramático, sino que entiende que es más importante abordar la complejidad desde la fidelidad a lo que se quiere narrar, y no desde el “cómo narrarlo”.

La película tiene un ritmo que no necesita de grandes conflictos ni climax shockeantes para no aburrir, sino que el desarrollo de Margaret en su camino al autodescubrimiento es el motor de la historia. Sus traspiés, sus logros y todo lo que normalmente le pueda llegar a suceder a una niña de 12 años en una familia bien o mal posicionada económicamente sucede y no está mal mostrarlo, solo que a veces nos olvidamos de cómo el cine muestra algunas cosas si y otras no, y eso es empatía pura.

La religión cumple un papel fundamental en la vida de Margaret, porque más allá de su posible (y futura) inclinación al ateísmo, esto sirve como nexo entre los conflictos de su familia y los propios. Su padre que tiene una tibia relación con la abuela de Margaret, su madre que niega la existencia de sus padres (los abuelos de Margaret ) por motivos que no son muy bien desarrollados pero que aún así reflejan una lejanía latente, y la conexión de la pequeña con un Dios que nunca contesta y del cual reniega, pero en el que confía plenamente.

CONCLUSIÓN:

'Are You There God? It's Me, Margaret' es un claro ejemplo de que muchas veces menos es más en el cine. El camino de la realizadora Fremon Craig es claro: su amor por tiempos pasados queda evidenciado en su potente segunda introspección sobre el camino a la adultez.

PUNTAJE: 8 de 10

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