Exploradores (1985). Director: Joe Dante

Aunque Joe Dante achaca a razones de producción el sonado fracaso de la película, teniendo en cuenta que "Exploradores" se rodó después de la aclamada “Gremlins”, en este film, hoy en día de culto, se ven demasiadas inconsistencias en el guion y una clara dejadez en el estilo fílmico, principalmente en la parte de la película relativa al viaje espacial.

Una primera parte, bastante interesante, nos desvela un film sobre niños adolescentes dispuestos a hacer realidad sus fantasías. El protagonista, Ben Crandall (Ethan Hawke) en la primera escena de la película tiene un sueño sobre un viaje espacial, visualizado por Dande en formato tridimensional, como si Ben estuviera dentro de un juego de ordenador. Su mejor amigo, Wolfgang Müller (River Phoenix), un joven con un clara proyección científica (véase que sus padres componen una familia de científicos locos), es capaz de traducir esas imágenes, del sueño de Ben, en un programa de su computadora. Tanto Ben como Wolfgang sufren acoso escolar en el colegio. Por eso están siempre juntos y por eso se alejan de los grupos de jóvenes de su edad para adentrarse en los misterios de la física y la ciencia-ficción. Un tercer chico se une a ellos. De carácter más fuerte, libre, alter ego de Tom Sawyer, Darren Woods (Jason Presson) es el componente del grupo que aporta seguridad y caracter aventurero.

Los tres chicos (años más tarde la serie "Stranger things" copiará este modelo de amistad entre adolescentes) tratarán de evadirse del mundo, mediante una transformación científica de los sueños de Ben en una experiencia vital. En esta primera parte, se da importancia a la relación sentimental de Ben con una joven de su clase. Un amor juvenil que se unirá a los deseos de viajar por el espacio. "Exploradores" expone su primera parte dentro de un contexto verosimil. Aunque con ciertas exageraciones, los encuentros de los tres jóvenes sirven de mecanismo para el aprendizaje, la consolidación de la amistad y la búsqueda de la realización de los sueños.

La segunda parte introduce el elemento fantástico de la trama. Los tres chicos construyen una mini-nave espacial, donde la capacidad técnica de Wolfgang hará que la nave pueda ser pilotada desde su ordenador. Pero a todo esto hay que añadirle un componente fantástico: realmente la nave no es pilotada, sino simplemente conducida por una pareja de extraterrestres. Aunque los chicos se mentalizan y creen en sus logros, la verdad es que, gracias al contacto de Ben, en sus sueños, con una dimensión desconocida, los chicos son captados por una fuerza exterior que busca contactar con ellos.

Esta segunda parte se abre al humor. Es divertida, incluyendo una escena donde la nave sobrevuela un cine al aire libre mientras proyectan una película del espacio. Lo que realmente falla de "Exploradores" es su parte final. Cuando los chicos contactan con la nave extraterrestre. Los decorados y los seres de otro planeta denotan una falta de gusto y estilo asombrosa. Esta parte deja desconcertados a todos: a los actores, al director de la película (que renegó de ella durante muchos años), a los productores y, sobre todo, a los espectadores. Pero posiblemente es esa extraña disociación entre las dos partes del film lo que ha convertido a “Exploradores”, en los últimos años, en una película de culto.