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Tal vez 'La Princesa Mononoke' NO es la película que todos piensan que es

Spoilers

El pasado 22 de abril se celebró en todo el planeta el Día de la Tierra. Un día proclamado por un senador estadounidense que invita a todos los seres humanos a, básicamente, reflexionar sobre el impacto que estamos teniendo en nuestro hogar.

La historia detrás de la celebración de este día, es algo que en este artículo no va a tener relevancia, pero aprovechando que entre tantos días festivos está el más importante de todos que es este, vamos a mirar un par de décadas atrás, más precisamente en el año 1997 cuando se estrenó La Princesa Mononoke.

Este no es ese caso de “la película que no tuvo éxito y reconocimiento, y luego de más de 20 años, se le está dando reconocimiento tal”, sino todo lo contrario: estamos hablando de una película de Hayao Miyazaki, la mente maestra detrás de títulos como 'La Tumba de Las Luciernagas', ‘Mi Vecino Totoro’, o su obra más conocida, El Viaje de Chihiro'. La película supo ser todo un éxito en la taquilla, y la crítica alabó la dirección de Miyazaki y la hermosa banda sonora y animación.

Entonces quizás muchas personas se pregunten, ¿de qué nos perdimos?¿Qué es lo que no se vio?

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Suele suceder que algunas películas no tienen el debido o merecido impacto en su momento por varias razones, pero la más recurrente siempre es la misma: simplemente son obras que estaban adelantadas a su tiempo. Pasó con Jurassic Park por su impresionante mezcla de efectos analógicos y digitales, todo un suceso en lo que respecta a efectos especiales, pasó con 2001: Una Odisea en el Espacio por mostrarnos de manera anticipada la relación del humano con la tecnología, y podría decirse que pasó con La Princesa Mononoke y su mensaje ecologista.

Ambientada en el Japon Feudal pero con un realismo mágico inspirado en la mitología y algunas leyendas de este país, La Princesa Mononoke nos cuenta la historia del príncipe Ashitaka, un joven que deberá abandonar su comunidad debido a las costumbres que la forman luego de ser atacado por un demonio del bosque. Su misión es encontrar al alma del bosque e impedir que esta maldición se esparza por todos los pueblos, para eso deberá unir los dos bandos que constantemente confrontan: por un lado se encuentra el fiel clan que sigue a Lady Eboshi, una mujer que lidera un pueblo que produce armas para forestar y destruir el bosque, y por otro lado se encuentran las manadas de jabalíes y Mononoke, una joven criada por dioses lobos.

Esta es una historia sobre el activismo medioambiental. El activismo visto desde la soledad y desde la unión, por más contrastado que parezca el concepto.

Desde la soledad de que Mononoke por momentos se percibe como una solitaria fuerza que pretende arrollar (y lo consigue a veces) y desbaratar cualquier plan, y a todo aquel ser que quiera destruir el ambiente que la rodea. Feroz, valiente, sin miedo, cegada. ¿Es esta ceguera producto de la ira? Seguramente.

Pero es ahí cuando la unión con otros hace que su activismo y lucha cobren mayor fuerza, y terminen frenando las intenciones del clan liderado por Lady Eboshi. ¿O lo es la misma naturaleza la que de alguna manera se termina vengando? Cansada pero furiosa, la madre naturaleza quita todo lo que da. ¿O serán una combinación de ambas cosas?

La película plantea desde una mágica y fantástica puesta en escena el poder del medio ambiente, de los seres fantásticos, de todos estos seres mitológicos que parecen invencibles.

Y no es que se frenen por COMPLETO las injusticias y las atrocidades que el clan comandado por Lady Eboshi pretende cometer contra el bosque. Así como en la realidad, donde miles de activistas realizan a diario (paradójicamente) tareas sobrehumanas para poder preservar lo que hace bello y único a este planeta, Mononoke se enfrenta sin temor alguno a los que intentan aniquilar todo lo que ella juro proteger.

La indignación es inmediata. Llevamos en nuestras raíces respeto ante la naturaleza, y eso se ve reflejado en cada fotograma de esta película. Solo que el hecho de a veces no entenderla nos pone en una posición alarmante y a la defensiva, cuando lo que en realidad deberíamos hacer es ser un poco más Mononoke y ser parte de ella.

La Princesa Mononoke se reestrenó el jueves pasado en cines argentinos y es una de las películas más bellas de la historia del séptimo arte 🎞️

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